lunes, 4 de septiembre de 2017

Eclipse.

Casi siempre fui mala para hacerme entender sin que se tergiversen mis palabras. Muchas veces soy malentendida.

Desde pequeña me lancé a la vida en solitaria compañía. No lo elegí en aquél entonces, a diferencia de mi ahora.

No sé realmente quién encontró a quien. Sólo sé que por breves instantes, creí que eras lo que necesitaba. Fuiste en cambio, la luna qué tapó mi sol. Te elegí sin darme cuenta, para dejar a un lado lo que estaba frente a mí.

Tu único error fue verborrear inseguridad camuflada en deseo. El mío, no darme cuenta que fuiste incapaz de ser claro desde ningún punto de vista.

En realidad escribo esto para dejar en claro que te perdono. No pretendo que lo sepas, pero quiero dejarlo en claro hacia mí. Me costó mucho llegar a este punto. Semanas y meses odiandote por no brindarme una mísera charla que me permitiese aclararte una y mil cosas. Odiandome a mí misma por recordarte siempre que no debía. Odiando a muchas personas ajenas por pretender saber algo sobre vos, sobre mí o incluso un nosotros, si es que lo había.

No te estoy culpando de nada. Te estoy dando, dentro de mí, la oportunidad de liberarme.

Respiro paz y no te quiero ya. Porque te quise. Te acepte con todo lo que supe idealizarte. Me olvidé, desde el comienzo, que lo que no se quiere, no hay manera de obligarlo a existir.

Te perdono, por carecer tanto de huevos como de conciencia. Te agradezco, por enseñarme con falta de tiempo completo que no quiero volver a ser de nuevo la persona que sacaste de mí. Me perdono también, porque pretendí cambiar una verdad irreversible poniéndote como escudo ante quien quise negar.



Lorem ipsum is simply dummy text of the printing and typesetting industry.