jueves, 9 de febrero de 2017

Sigo.

La sensación, cada vez que lo veo, me recorre por la piel.
Me eriza de una manera que ni se le cruza por la mente.

Él no lo sabe.
Él ni siquiera lo piensa.
Él ocupa demasiado tiempo volando en mis ideas.
No puedo bajarlo a mis pensamientos.

Veo galaxias en sus ojos mientras él en los míos no ve ni siquiera estrellas fugaces.
Sus cabellos no son de la pigmentación que cree ser y le remarco su verdadero color entre las raíces que algunos le llaman sabiduría.
Pero no creo que tenga la suficiente como para darse cuenta de muchas verdades.

Tiene una coraza a la que le resta importancia.
Pobre corazón, tan tapado de arterias está que no le permiten sentir la pureza de tanta sangre ferviente.

Si le diéramos más relevancia al sentimiento y menos a la mente.
Si supiéramos entender las almas y dejásemos el egocentrismo del otro lado del muro.

Abrí la mente.
Guardate el corazón si no estás listo.
Compartí con el alma.
Aprendé a reconocer las diferencias y no trates de evadir momentos.

No dejes situaciones inconclusas.
Cerrá etapas y abrí caminos.
Remarcá experiencias y viaja en busca de conocimientos.
El amor tiene mil formas. Busca la tuya. Hacela propia.


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