miércoles, 1 de febrero de 2017

Poder superior.

Muchos le hablan como si fuera lo mejor.
Muchos le piden como si fueran a caer las cosas desde su supuesto hogar.
Muchos creen depender de él y otros tantos piensan que entregándose a él la vida va a cambiar para bien.

¿Quién fue ése que lo creó?
¿Quién inventó todas estas suposiciones y hasta un nombre no supo crearle?
¿Quién fue aquel que llenó con palabras de falsa fe su poder superior?
¿Por qué seguir creyendo cosas que no se saben si son reales o fueron idealistas?

¿Y si es una mentira?
¿Y si él en realidad no nos acepta como se dice?
¿Y qué si creemos en él o no?

Creo en lo que veo y en mi voluntad, y aquél que elige su convicción que siga con su creencia porque a mí no me modifica la existencia.

Creen que se es bueno por haber sido un creador, si es que en algún momento siquiera formó parte de la explosión.

No se dan cuenta que estamos lleno de miseria y que también se la podría atribuir a su causa.

No quieren ver que por mas noches que pasen pidiéndole salud y serenidad, las cosas sólo cambian por esfuerzo y sacrificio propio.

Creo en lo que quiero y no en lo que me quieran imponer.
Creo en el poder de mis pasos y también en mi propia destrucción cuando la noto.

No por ser un creador del supuesto todo significa que se quiere un bien común.

Así como creamos podemos destruir.
Se llama poder y puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos.
No porque no nos demos cuenta, sino porque el caos estuvo durante mucho tiempo y nadie supo calmarlo correctamente.

Quizá estuvo escrito en algún lado y estamos predestinados a la contrarrevolución.
Tal vez él exista y nos esté castigando por tanto pecado cometido.
O por ahí, simplemente, deberíamos trabajar en nuestro interior para mejorar el mundo exterior que nos falta por recorrer.






Lorem ipsum is simply dummy text of the printing and typesetting industry.