Pasiones.

No voy a mostrar una cara para que el resto juzgue si soy digna de un simple gustar o no.

No me gusta estar detrás de un enfoque para ser vista con una estructura diferente a la mía.

No me gusta como se ve.

No me gusta como creo que me ven.

Me gustan otras pasiones.

Uso los medios como una manera de expresión.

Pero no una expresión para contar mi día a día ni para usarla como sesión de psicología sino como un arma de verborrea.

Vómito de palabras que me calman ansiedad cuando me encuentra.

Calma que quizá muchos no entiendan.

Textos que a varios les aburre.

Palabras que no todos se detienen a leer.

Sentimientos que a veces no son fáciles de comprender y hasta otras muchas no sé cómo realmente expresarlos.

Que me voy de tema una y otra vez, pero entiendan que no es mi culpa, es mi cabeza haciendo juegos de idas pero sin vueltas.

No me vengan a hablar de culpas si no son perfectos, pero espero que ninguno lo sea porque entonces no serían reales.

Que empecé escribiendo esto para decir una idea y encontré un árbol con muchas ramas en las que aprendí a trepar.

Porque me gustan esas imágenes llenas de letras en las que uno tiene que leer sin decidir si le gusta o no, porque eso no se elige en la literatura.

Los libros no tienen una estructura definida de belleza, y eso me motiva a seguir eligiéndolos por sobre muchas pasiones.

Las palabras se te vuelcan en la cabeza y logran surgir un estallo en tu mente y es uno quien elige si conseguir un cambio o seguir en el mismo estanque.