Tengo miedo de
decirte
Abuela, te
rompí el termo
porque sé que
te va a doler
porque sé cómo
reaccionas
porque sé que
no entendés
que es algo
puramente material.
Hace un año, por
ahí
te rompí un
pisapapas…
bueno, perdón,
estaba enojada,
lo estampé con
fuerza
contra la olla
y no tuvo
arreglo,
lo tiré a la
basura;
pero nunca te
dije la verdad
me hice la
boluda
y ahí quedó el
tema.
Ojalá no te
acuerdes más
de ese
pisapapas
asi que te
presto mi hacedor de puré
lo dejo en tu
casa
para que
evites pensar en él.
Pero con el
termo no me puedo hacer la boluda.
Estás preguntando
a cada rato
por qué
entramos el mate
y el termo no
aparece.
Abuela, te
rompí el termo
tengo muchas
ganas de decirte,
pero no puedo
caer con las manos vacías.
Quedó en el
auto,
después lo
entramos
te gritamos
bien bajo.
Cuando terminamos
de comer
quedamos
solitas en la mesa
y de pronto
todo se da vuelta:
te rompés en
mi presencia
largás eso que
sentís que nadie entiende.
Te abrazo y te
seco las lágrimas.
Me autoconvenzo
de que todo va a estar bien
porque te
merecés estar bien
porque sé que
va a salir todo como el orto
pero es tiempo
de romper esa pared.
Temblás,
llorás,
no te gusta
que te vean mal
porque siempre
que lloraste
te reprocharon
que era al pedo
demostrar o
expresar
y así durante muchísimos
años
te tragaste esto
y tanto más.
Me
autoconvenzo de que todo va a estar bien
porque este
cargo de consciencia
a mí también
me pesa
pero
intentamos lo que pudimos
y no se puede
ayudar
a quien no quiere
ser ayudado.
Me encantaría
salvar al mundo
pero es todo
tanto
que no
daríamos abasto.
Se me rompe un
poco el alma
se nos quiebra
la mirada
y mientras
lloramos abrazadas
entiendo que
sería imposible confesarte
que abuela,
te rompí el termo,
así que opto
por callar lo ciego
esperar hasta
mañana lunes
para ir al
chino de la ruta
y comprarte un
termo lindo
uno rosa, el
color que a vos te gusta,
y ponerlo
sobre la mesa
para que lo
veas cuando entres por la tarde
y ahí explicarte
que abuela,
te rompí el termo
pero hay
cosas lindas que pueden nacer
de algo
roto
y ojalá no te
enojes
porque deseo
que vivas
el resto de
tus días
con calma
con paz.
Abuela, te
rompí el termo
y aunque decirlo
me dé tremendo miedo
voy a seguir
acá de pie
riéndome de
tus pedos.