Estoy rota.
No siento mi alma.
Se me pierde la mirada.
Ya no hay calma.
El tiempo no nos quita nada.
Cada lágrima nos hace más guerreras.
Cada duelo nos apaña.
Cada una de nosotras
juntas estamos en la lucha.
Así todo es muy obsceno.
Quién le pone freno a esto.
Las calles atravesamos sin desenfreno
porque no les tenemos miedo.
Estamos comenzando febrero
hubieron más de 300 femicidios.
¿En qué es que nos convertimos?
Este daño tenía remedio
pero miraron para otro lado
porque abandonaron lo humano.
Quiero vivir días
en que no deba preocuparme
si mi amiga llega viva
si mi hermana aún respira.
Estoy cansada de este estigma.
No quiero saber de madres
ni tampoco de abuelas
llorando de dolor por su niña.
No quiero sentir esta pena.
Yo te quiero así, siempre viva.
Quiero que crezcas.
Quiero verte bien de vieja.
Hasta cuándo tendremos que gritar