Me aferro a las cosas y a las actividades.
Me aferro a los momentos y me aferro a los objetos.
Me aferro a los sentimientos y hasta de los sujetos.
Me aferro a la vida y a las sintonías.
Me aferro a eso que me hizo bien y a lo que lo sigue haciendo aún.
No me vengan con frases baratas de lo que creen que está bien y lo que no también.
Yo sólo vengo a expresar sin importar la veridicción.
El tiempo me enseñará cuándo y en qué me equivoqué.
Mientras tanto, déjenme ser.